NOVELA AMANTES CLANDESTINOS (Parte 5)

Por jesus Sierra.- visita mi blog para leerla completa

Todavía como a manera de reafirmar su postura de caballero, Roberto la miró fijamente y con una seriedad de hielo le preguntó: ¿estas segura?. A lo que ella con cierto pudor y la cara hacia abajo le contestó: si, vamos.

Enfilaron decididos y ansiosos hacia el mejor motel del pueblo. A la hora en que arribaron a la puerta de entrada la empleada les informó que debido a la tormenta el lugar se encontraba sin energía eléctrica y sin embargo, pese a las terribles condiciones que imperaban a esa hora, decidieron quedarse. La habitación estaba completamente a oscuras y solo se iluminaba fugazmente al aparecer en medio del cielo algunos relámpagos que finalizaban con la furia natural desatada minutos antes. Poco a poco comenzaron las caricias y a tientas, se despojaron lentamente de sus ropas, como tratando de imaginar lo escondido en medio de la oscuridad. El calor que ambos sentían se manifestaba con un excitante sudor ocasionado mas por la intensidad de sus caricias y el deseo de tenerse, que la falta del aire acondicionado que en cada habitación necesariamente funcionaba habitualmente debido a lo cálido de la zona tropical en que vivían. Una vez que se enfrascaron en ese ilegal juego del amor, Roberto volcó sobre ella toda la pasión que le despertaba el cuerpo de su amante quince años menor que el, aumentada en excitación al darse cuenta que ella disfrutaba las nuevas y hasta antes desconocidas caricias que el experimentado amante le ofrecía, tanto, que gozó jadeante en tres ocasiones la plenitud de sentirse mujer, despertando en su ser un nuevo sentimiento que con el político, no había conocido jamás.

La clandestina escena de su amor fue finalmente capturada por el único testigo de su primer encuentro cuando sus cuerpos inertes yacían sobre la cama, juntos con el ritmo de la respiración y el pulso peligrosamente acelerados, un último y estruendoso relámpago que violentamente iluminó la habitación. Después, solo la calma que anunciaba el inicio de muchos y cada vez mejores encuentros clandestinos, se hizo presente en aquella habitación.

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