NOVELA DE AMANTES CLANDESTINOS (Parte 2)

Por Jesus Sierra.- visita mi blog amantes clandestinos para leerla completa

Un par de años antes, Claudia había ido a su despacho buscando la asesoría de sus buenos oficios como abogado ya que un amigo la había recomendado. Desde el primer momento en que se vieron supieron que estaban destinados a vivir un romance clandestino, de esos que por prohibidos son los más deseados por los hombres en las condiciones de Roberto y por las chicas con menos años, que buscan en el fondo la experiencia de un hombre casado, y no los inmaduros jóvenes de su edad, ya que según le confesaba ella, tienen la tendencia de complicar sus relaciones debido a su inmadurez y a su desconocimiento del arte del amor.

Roberto tenía 12 años más que Claudia y aún así, lograron sostener un intenso y apasionado romance clandestino en el que no había mayores palabras o explicaciones, para así aprovechar todo el tiempo posible en dar rienda suelta a sus pasionales desenfrenos. Mas pronto de lo que Roberto se imaginó, Claudia se acopló perfectamente a sus movimientos, a sus necesidades, a sus deseos, a su tiempo.

Aprendió con precisión de relojero la secuencia de las caricias adecuadas en el lugar oportuno para embriagar de placer a su Roberto, al que sabía que sólo era suyo así, y en esos lugares, ya que estaba consciente del gran amor que tenía por su esposa y su familia y nunca, ni en mil años, podría ser suyo de otra manera.

A Samantha la había conocido en una visita que hizo a una prestigiada empresa de donde la directiva le pidió su asesoría en un asunto un tanto delicado que requería su presencia en las oficinas y que, por ese motivo había decidido no tratar en su despacho. Desde que la vio acercando los documentos y requerimientos que a lo largo del día les haría, le llamó la atención su precioso y esbelto cuerpo, pero más aún, esa orgullosa altivez de sus apenas 23 años de edad con la que portaba su uniforme; y es que se desenvolvía como asistente gerencial con tal seguridad y firmeza, que fue difícil no pensar en ella, mientras analizaba los asuntos por los que estaba ahí.

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