NOVELA DE AMANTES CLANDESTINOS (Parte 1)

Por Jesus Sierra.- Disfrutala y opina en mi blog amantes clandestinos

De momento no supo que sería la última llamada de aquellas muchas que para concertar sus pasionales encuentros se venían haciendo durante ya hacía algún tiempo. Algo no marchaba bien por que ella no utilizó el tono habitual de sus conversaciones que para entonces estaba perfectamente definido. No hubo el cálido deseo solicitando el clandestino encuentro y más bien le pareció que la actitud de Samantha dejaba entrever la distancia que en adelante pondría, de ese peligro que significaban sus ilegales y en el caso de el, extramaritales relaciones. La escuchó fría e indiferente, lo cual además de parecerle sumamente extraño, le dejó nacer un vacío en el corazón pues en el fondo, y aún cuando no lo aceptaba del todo por temor a poner en peligro su situación personal, ya se había arraigado en el, la costumbre y el cariño que sabía le era prohibido, pero que en todo ese tiempo de encuentros a escondidas, había florecido como las plantas que se riegan todos los días con la precisión del mejor experto en el arte y además, aprovechando cada segundo que disfrutaban juntos en los oscuros cuartos de hotel donde acostumbraban encontrarse, por lo menos dos veces a la semana.

De pronto le pareció que la actitud de Samantha era de indiferencia. Intuyó que tal vez sabido de las relaciones habituales que también sostenía con Claudia, desde mucho antes de conocerla. Esas infidelidades como estas, había sido guardadas tan herméticamente y además, establecidas entre ambos tan fría y calculadamente, que pronto se tranquilizó y dejó a un lado la posibilidad, ya que le pareció difícil que Samantha se hubiese enterado de su otro juego clandestino por que además, estaba seguro que si se tratase de lo mismo, le habría gritado en su cara desde el primer minuto en que se hubiese enterado, con la misma pasión y el atractivo carácter que mostraba en sus repetidos encuentros clandestinos, y es que además de su cuerpo perfecto, se había fijado en ella aún a riesgo de su matrimonio, por esa personalidad explosiva y firme, que tanto le apasionaba.
Habría de ser hasta algunos días después cuando Roberto se enterase del verdadero motivo de la frialdad de Samantha, el día de aquella llamada. Razón que habría de poner a prueba su entereza y su ausencia de pensamiento machista, motivo de las múltiples rupturas matrimoniales en estos casos, y que tanto presumía de no tener a sus encomiables 38 años de edad.

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